domingo, 9 de mayo de 2010

Jardines

Me encanta que los planes salgan bien, como decía aquel. Llevo tiempo esperando este momento: menudo jardín en el que se ha metido Dove. Vengo de su foro de finalistas del concurso por la belleza “real” donde he podido constatar que hablando mal y pronto, la han liado pardísima. Voy a seguir hablando para el pueblo: (ya habrá tiempo de expresar mi opinión en términos RSC más adelante) las finalistas están buenas o como mínimo no hacen daño a la vista y las mujeres españolas que se habían tragado la buena intención de la campaña, están alzadas en armas.

Mi aportación al foro, no giró en torno a esta cuestión, superflua a mi parecer. Puse sobre la pantalla la única opinión que tengo sobre la campaña desde que se inició: el principal sin sentido de la belleza real de Dove, no es la talla de las participantes,
si no el hecho de que Dove es empresa que pertence a la matriz de Unilever..dueña y señora entre otros de Axe. Dejé caer en tal espacio ese, que a mi parecer el hecho más hipócrita y paradójico de la campaña, pero nadie pareció entenderlo así: las encolerizadas participantes del foro de Dove continuaron enzarzadas en su intensa y profunda discusión sobre la talla 38 y la 40, lo que es belleza real y lo que no y la curva del culo que debieran tener las finalistas para ser llamadas mujeres reales.

En definitiva, ¿a quién le importa lo que haga Unilever con su vida? Después de todo la RSC parece sólo una utopía…

La estrategia está mal planteada desde el principio. Han cabreado a las mujeres españolas de tipo medio invirtiendo millones de euros en crearles millones de expectativas sobre las finalistas de su campaña por la belleza real...(expectativas que jamás podrían cumplir: de sobra sabían que las cremas no se venden sólo cayendo bien) al final han tenido que echarse a atrás..les está explotando en la cara..y de qué manera!

Han sido brutísimos. Nadie está preparado para ver gente fea y rellena de repente en los anuncios, fue un despropósito que se comprometieran de forma implícita con hacerlo.


Si de verdad quisieran contribuir al cambio de canon estético o la salud mental de la población femenina deberían haber puesto a esas tías desde el principio y punto. Si de verdad quisieran contribuir al cambio de canon estético o la salud mental de la población femenina deberían replantearse la personalidad bipolar de Unilever a través de las esquizoides campañas de Axe y Dove. Hubieran trazado una política de compromiso total con una causa, más veraz, creíble, posible, y barata!

Directivos de Unilever por la belleza real
 
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